Ir al contenido principal

La primera de muchas

Era ya mediodía y yo llegaba a mi destino, la Ciudadela Negra,  una ciudad de increíble tecnología, la cual era casi superada por su suciedad. Caminaba por sus suelos metálicos a la atenta mirada de los charr ajetreados, no era normal que un humano caminara por el Campo de Formación, pero yo había venido dispuesto a encontrarle. Llegué al Núcleo del Emperador, fascinado observé esa esfera del tamaño de una pequeña luna, en su interior, una rampa de caracol ascendía hasta los tribunos de sangre, hierro y el Núcleo de Mando. Ordené a Nertharion que sobrevolara la ciudad en busca del charr ya que a mis ojos todos son iguales. Me distraje un momento a contemplar al Azote, una gran arena que se extendía bajo el Núcleo, pensando en la gloria de la batalla. Nertharion volvió a mí, señalando el Noto de Ligacus, nos dirigimos a prisa hacia el lugar donde pude ver un guerrero charr practicando movimientos de hacha y antorcha, demostrando que mi oponente se había convertido ya en un berserker, desenfundé mi espada y grite:

-¡Khakara! He vuelto a terminar lo que empecé.- mientras Nertharion rugía de manera amenazadora.

Aún recuerdo ese día en las Cataratas de Puertaescarcha, en el Paso de Lornar, donde una tormenta arreciaba, donde el mismo charr se alzaba robando los planos draga que llevaba buscando desde hace un mes de un general draga que yacía ya muerto en el suelo. Sin pensarlo dos veces, hice sonar mi cuerno de guerra y Nertharion se lanzó en un vuelo llameante hacia mi enemigo. Tras una dura batalla, la tormenta hizo que un cacho de hielo de la catarata de desprendiera, dejando paso a cientos de elementales de hielo, por lo que subí encima de Nertharion y me aleje de aquel lugar únicamente con su nombre en mente, sabía que lo volvería a ver ya que nuestra batalla no había terminado. Después de mucho tiempo conseguí encontrarlo de nuevo.

-Pensé que los humanos erais unos miedicas, parece que no todos lo sois, Rein, esta vez no podrás escapar- dijo Khakara mientras se acercaba desafiante.


Nertharion se lanzó a su cuello pero fue derribado con un golpe de hacha, como respuesta, hice sonar mi cuerno de guerra y los halcones respondieron a la llamada. Khakara los esquivo y no tuvo tiempo de parar mi estocada, por lo que rujío de dolor y me asesto un cabezazo para guardar las distancias y sanarse. Descubrí mi báculo para contraatacar en la lejanía y me encontré con las balas de su escopeta, que asestaron en mi pecho pero fueron curadas con mi gracia ancestral, la cual me posiciono en su espalda para poder lanzarle unas raíces que lo inmovilizasen, que instantáneamente fueron carbonizabas por su fuego de berserker, Nertharion volvío a la carga y pudo derribarlo con un vendaval mientras volaba, lo que me dio tiempo a volver a desenfundar mi espada fractal para acabar el combate de una vez por todas, pero encontró su hacha en la trayectoria, lo cual me ofreció la oportunidad de examinar a mi enemigo y descubrir por sus insignias que era comandante del Pacto, como yo. Retrocedí  y presente mi cargo como su igual. Se levantó y me tendió la mano como si nada hubiera pasado. Quien podría imaginar que ese guerrero sería mi compañero y rival en la lucha contra los dragones ancianos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jugar para vivir, vivir para jugar

Mundos maravillosos llenos de aventuras inolvidables, lo que también puede ser llamado videojuegos, héroes que forjan su propia historia, un padre destinado a encontrarse con su hija sin saber cómo la perdió, elegidos dispuestos a salvar sus mundos aunque sea lo último que hagan, exploradores capaces de encontrar hasta el tesoro más oculto o soñar con ir a la luna únicamente para reencontrarse con su amor… Todos los jugadores podríamos dar miles de ejemplos sobre historias fantásticas que nos han hecho pasar miedo, alegría, frustración o dolor y que se han ganado un hueco en nuestros corazones. Han sido criticados y mal vistos por algunas personas, personas que no saben que es descubrir nuevos lugares llenos de aventuras, coger un mando y adentrarse en universos únicos donde tú eres el protagonista. Una afición que une a las personas más increíbles que he podido conocer, algunas de ellas, de las cuales solo tengo una voz, una voz que para mí, caracteriza desd

El despertar

Encerrado en aquella montaña, donde mis alas no pueden provocar destrucción, curando las heridas de la última batalla, mis escamas negras se cerraban cada vez más rápido, comenzaba a afilar mis cuernos, garras y dientes para derribar hasta la última piedra de este macizo que me encierra. Todas las civilizaciones arderán bajo la sombra de mis alas, nada podrá esconderse de mi llameante rugido. Solo sirvo para un propósito y he de cumplirlo, sin control, sin dolor, no habrá nadie que pueda detener mi furiosa dentellada. Los rayos comenzaban a chisporrotear por toda la caverna, las estalactitas y estalagmitas crujían y explotaban con los rayos más débiles. Mientras él estaba allí sentado, lleno de dolor, pensando que encerrarnos es la mejor idea, no, jamás. Todo arderá. La tierra empezaba a desquebrajarse con mis rugidos y la luz del sol se abría paso entre las grietas de la montaña. Comencé a cubrir todo con mis llamas electrificadas, las rocas se fundían y la montaña se vino abajo. Ex